sábado, 5 de octubre de 2013

Cómo educar a nuestros hijos: La importancia de poner normas en casa.

Poner límites claros y razonables es una de las tareas para que los niños/as no se conviertan en pequeños/as "tiranos/as" y aprendan a convivir con los demás.
Algunos consejos prácticos a la hora de poner límites a los/las hijos/as son los siguientes:
1. Mostrar objetividad. Es frecuente oír: "pórtate bien" o "sé bueno". Dichas expresiones pueden resultar imprecisas. Los/las niños/as lo entenderán mejor si se ponen las normas de una forma más concreta ("habla bajito en la sala " o "dame la mano para cruzar la calle").
2. Ofrecer opciones. Dar a los/las niños/as la oportunidad limitada de decidir cómo cumplir las "órdenes". Así sienten una sensación de poder y control, reduciendo las resistencias ("es la hora de vestirse, ¿quieres elegir un traje, o lo hago yo?").
3. Ser firmes. Ejecutar con voz segura, sin gritos, y con mirada seria en la cara lo que se quiere hacer cumplir ("vete a tu habitación ahora" o "¡para!, los juguetes no son para tirar").
4. Acentuar lo positivo. Expresiones como el "no" o "para!" dicen lo que es inaceptable pero no explican qué comportamiento se debería tener.
Es más oportuno decir a un/una niño/a lo que debe hacer ("habla bajo") antes de lo que no debe hacer ("no grites").
5. Mantenerse al margen. Cuándo se dice "quiero que te vayas a la cama ahora mismo", se está creando una lucha de poder personal con los/las niños/as.
Una buena estrategia es hacer constar la regla de una forma impersonal ("son las 8, hora de acostarse" y se le enseña el reloj).
6. Explicar el porqué. Evitar dar una larga explicación que les distraiga, es decir, manifestar la razón en pocas palabras ("no muerdas a las personas. Eso les hará daño" o
"si tiras los juguetes de otros niños, ellos se sentirán tristes porque les gustaría jugar con ellos").
7. Sugerir una alternativa. Así aprenden que sus sentimientos y deseos son aceptables
("no sé si te gustaría mi pintura de labios, pero eso es para los labios y no para jugar. Aquí tienes un lápiz y papel a cambio" o "no te puedo dar un caramelo antes de la cena, pero te puedo dar un helado de chocolate después".

8. Ser consistente. Las rutinas y reglas de la familia deben ser consistentes días tras día (hora de comer, acostarse, etc.), aunque se esté cansado o indispuesto.
9. Desaprobar la conducta, no al niño/a. Dejar claro a los/las niños/as que la desaprobación está relacionada con su comportamiento y no directamente con ellos/as.

En vez de decir "eres malo" (desaprobación del niño/a), se puede decir "no muerdas" (desaprobación de la conducta).
10. Controlar las emociones. Cuando se está muy enfadado, se castiga más seriamente y se puede sin quererlo ser más abusivos verbalmente y/o físicamente.

SÍNTESIS: Las familias deben poner las normas que consideren justas, exigir que se cumplan, actuar con seguridad y firmeza, desde el conocimiento de los niños/as y el cariño que tienen a sus hijos e hijas, sabiendo que son el modelo a imitar y sabiendo que la valoración y respeto son una meta y una guía para ellos/as.

tomado de: tintaamarilla

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